Texto de La Casa de Asterion Jorge Luis Borges
El Minotauro, lejos de ser una bestia salvaje, se muestra como un ser cansado, reflexivo. Apoyado en la baranda, mira el horizonte con una mezcla de melancolía y resignación. En su mano, sostiene un pájaro con cuidado, como si buscara consuelo en algo frágil y vivo. No hay furia en su cuerpo, solo quietud. Su gesto revela una profunda soledad: parece no esperar nada, solo observa, tal vez recordando, tal vez deseando una libertad que nunca tuvo.
Comentarios
Publicar un comentario